Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

13 junio 2012

"Sólo podemos echar de menos las cosas que tuvimos". MENTIRA. Y de las grandes. Yo echo muchas cosas de menos y jamás han sido mías. Echo de menos esos paseos que nunca dimos por las calles más estrechas de la ciudad, esos helados que nunca compartimos y no probé de tu boca, esos besos que nos frenaban y hacían que la gente que pasaba a nuestro lado nos mirara con envidia. También echo de menos dormir abrazada a ti, que me despiertes con un beso y pasear por tu habitación con una de tus sudaderas. ¿Y qué me dices de esas risas tontas que nunca echamos mientras nos mirábamos a los ojos? Nunca vimos como cada carcajada nuestra hacía que el resto del mundo se desvaneciera. ¿Y sabes lo que más echo de menos? Esa canción que nunca escuchamos después de no hacer el amor.

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