Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

08 junio 2012

Dicen que lo más difícil de un largo camino es el principio. Probablemente sea porque no sabes cómo va a salir, qué va a pasar, si realmente merecerá la pena o si te estarás equivocando. Yo no hace mucho que empecé este camino. Pero al mirar hacia atrás, al intentar recordar como fue mi principio, vienen a mi cabeza tantas palabras, personas, momentos y sentimientos, que me parece un camino larguísimo. Y quizás sea de verdad más largo de lo que creo. Porque en él he aprendido, crecido y madurado. He descubierto quién soy. He aprendido que no todo es bueno en el mundo, pero que las cosas buenas son tan buenas que hacen que el resto merezca la pena. He aprendido que por muchos momentos bajos que vivas, siempre habrá gente que multiplicará los buenos con sonrisas. He aprendido que si en medio del camino aparece un obstáculo es porque eres fuerte y puedes superarlo. Y ahora llega el final. Pero es un final agridulce. Porque nada de lo que venga de aquí en adelante será como todo lo anterior, pero ¿quién dice que tu pasado no puede aparecer en el futuro? Y claro que no será igual, pero es tanto lo que hemos vivido, que un poco de distancia no será suficiente para romperlo.

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