Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

28 septiembre 2012

Yo era de esas que se dedicaban a sobrevivir más que a vivir. No sabía muy bien qué pintaba aquí pero estaba segura de que algún día encontraría esa chispa de felicidad, esa famosa luz que cambiaría mi vida para siempre. No tenía mucho tiempo para buscarla, estaba demasiado ocupada intentando enfrentarme a todos esos obstáculos que se interponían entre ella y yo. Y de repente, cuando menos lo esperaba, apareciste tú. Y no, tú no fuiste mi chispa. Tú fuiste un puto incendio. Tú arrasaste con todas las cosas en las que yo creía. Dejé de solucionar problemas y empecé a crearlos. Me olvidé de las normas que me había puesto para ser feliz. Rompí las promesas que le había hecho a la vida y que solamente me agobiaban. Empecé a ver la vida como una película en la que yo era la protagonista, en la que yo era la directora, en la solo yo decidía qué pasaba. Y decidí sobre ti. Decidí que tú habías sido la única persona capaz de sacarme de esa jaula en la que había entrado yo sola, que tu habías elegido hacerme feliz cada mañana, que tú eras aquel fuego que necesitaba para encender mi sonrisa.
¿Qué es el amor? ¿Qué es estar enamorado? Podría preguntar a todas las personas que conozco, y probablemente no me darían ni una respuesta parecida. Para unos será bueno, para otros será lo peor, y para otros no será más que una cosa de locos.
¿Cómo es mi vida? Mmm... demasiado difícil de explicar... demasiados cambios cada día... Pero voy a intentarlo.
Mi vida es como un recopilatorio de CDs de música. Cada momento de mi vida tiene una banda sonora propia guardada en uno de esos CDs. Algunas veces suenan baladas de amor tristes, de esas que te hacen sentir que estás solo en una habitación, que nadie puede oírte y nadie va a poder ayudarte a salir, de esas que te agobian hasta que no puedes más y liberas toda esa tensión con gotitas saladas que recorren tus mejillas. Otras veces suenan esas canciones de fiesta que te invitan a bailar, esas con las que no puedes evitar subirte sobre la cama y saltar, mover los brazos, alocarte el pelo y sentir que eres la persona más maravillosa del planeta. Otras veces suenan canciones de amor, las típicas canciones que acompañan a los besos en las películas, esas canciones en las que todavía no acabo de encajar. Y también están esas canciones que me hacen sentir que no estoy sola, que no soy la única a la que le pasan estas cosas, que todo el mundo tiene un mal día, que es imposible caerle bien a todo el mundo, que los para siempre no existen pero puedes disfrutar del 'mientras tanto', que si hoy vienen nubes negras de tormenta mañana brillará el sol cuando te despiertes.
Vale, sí. Mi vida cambia mucho de banda sonora y a veces me agobia pasar de una canción de discoteca a una balada triste, pero todas esas canciones componen lo que vivo cada día y en el fondo, no las cambiaría por ninguna otra.