Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

28 abril 2012

Cuenta los amigos desde la infancia y no desde la ignorancia.
Muchos dicen que tienen los mejores amigos del mundo, pero en mi caso es verdad. Ellas son lo más importante, son lo mejor de mi vida, son mi razón para sonreír, son únicas, son perfectas. Nunca les agradeceré todo lo que han hecho por mí, no podría hacerlo ni con un millón de vidas. Hemos crecido juntas, hemos compartido mil y un secretos, nos hemos ayudado cuando hemos tenido miedo, hemos llorado y reído. He pasado tantos momentos inolvidables con ellas que no podría elegir uno. Me conocen, saben como soy. Les vale una palabra mía para saber si miento o digo la verdad. Me han abrazado mientras lloraba, me han hecho fotos mientras reía, hemos pintado nuestros nombres en la arena de la playa y con tiza en los edificios. Y es que en este mundo donde abunda tanta mentira y tanto engaño, tantas malas palabras y tanta falsedad, yo encontré a estas chicas. Estas chicas que dan van dando voces por la calle, que corren cuando llueve o se ponen a bailar, que (aunque no sé como lo hacen) siempre tienen una sonrisa pintada en la cara, que están jodidamente locas, que siempre tienen una palabra bonita, que fotografían en su cabeza cada momento, que cantan hasta quedarse sin voz, que me quieren.
Son mis amigas, por encima de todas las cosas.

24 abril 2012

Vale, tienes razón. Si yo no hubiera sido tan cabezota, si yo hubiera puesto un poco más de mi parte, si yo no te lo hubiera puesto tan difícil, esto no habría pasado. No éramos la pareja perfecta, posiblemente no pegábamos ni con cola, pero nos quisimos en pocos días mucho más de lo que el resto de la gente se llega a querer en años. Y quizás ese fue el problema. El quererte tanto en tan poco tiempo me vino grande. El que te preocuparas por cada pensamiento que pasaba por mi cabeza. El que supieras cuántas de mis sonrisas eran fingidas. El que supieras hacerme feliz como nadie nunca me había hecho. Me asusté, ¿vale? Cada vez que he caído, cada vez que me han engañado, cada vez que me he sentido sola, he aprendido. He aprendido que nada es lo que parece, que grandes amigos se convierten en desconocidos, que hay que desconfiar de todo. Y de repente apareces tú. Y haces que me olvide hasta de mi nombre. Y vienen a mi cabeza todas las noches que he pasado llorando hasta quedarme dormida. Sentí que tú también me ibas a fallar. Que en el momento en el que más te quisiera, cuando más arriba estuviera, caería al suelo y volvería a estar sola. Y te dejé escapar. Te eché de mi vida por la puerta de atrás. Pero no conseguía olvidarte. Y no creas que no lo intenté. Hasta que ha llegado el día en el que he tenido que admitir que no voy a hacerlo, que es imposible sacar de la cabeza lo que no ha salido del corazón. Y tú estás en el mío, en un pequeño hueco del que nadie te ha conseguido sacar. Así que aquí me tienes. Delante de ti. Tragándome mi orgullo y las palabras que dije antes de decirnos adiós. Porque te quiero. Porque creo que siempre he sabido que te quería. Y porque te prometo que por muy asustada que esté, no voy a volver a irme.

13 abril 2012

Y entonces llegó el día en el que me di cuenta que no sabía bailar sola bajo la lluvia. Que sólo sabía hacerlo si era contigo. Así que mezclé las gotas de lluvia con whisky y algo de ron y me lo bebí de un trago. Y el alcohol llegó a mis neuronas, intentando hacerme olvidar cada vez que no te dije lo mucho que te quería. Aunque eso ya no importa. Al fin y al cabo, si hubiéramos sido tan especiales no lo habríamos echado todo a perder. Nos hundimos con la primera ola que vino en contra, no fuimos nada del otro mundo No sé si nos estoy subestimando o simplemente poniéndonos en nuestro lugar. Tú nunca me necesitaste realmente, ahí empezó nuestro problema. Claro que nos llevábamos bien, pero eso no era suficiente. Nos quedamos a un paso de ser almas gemelas, pero esa distancia ya es insalvable. Y bueno, si algún día te acuerdas de mi voz, de mi olor, de mí, yo estaré aquí recogiendo esta lluvia que no deja de caer para convertirla en una mezcla mortal para los recuerdos.

06 abril 2012

No digas que me conoces porque me has visto llorar. No digas que sabes como soy porque me has oído hablar. No digas que sabes la música que me gusta porque has visto mi Ipod. No digas que te gusta como visto si no has visto mi armario. No digas que te gusta mi risa si nunca me has hecho reír. No digas que soy guapa o fea si no conoces mi interior. No digas que soy lista por mis notas o tonta por no saber resolver un problema. No digas que somos amigos porque te devuelva el saludo. No digas que me caes mal porque un día no te salude. No digas que soy graciosa porque te cuente un chiste. No digas que soy borde porque te conteste mal. No digas que me preocupo por ti porque te pregunte qué tal estás. No digas que soy una pasota porque te diga que me la soplan tus problemas. No digas que siempre vas a estar a mi lado si tu plan es dejarme cuando todo vaya mal. No digas adiós si es un hasta luego. No digas que te caigo bien o mal por un comentario. No digas que me gusta el deporte si no has visto lo que me aburre un partido de baloncesto. No digas que no me gusta el deporte si no me has visto emocionarme con cada gol de Villa. No digas que me entiendes porque es complicado. No digas que me quieres si no lo sientes. No digas que te quiero porque te abrace. No digas que te echo de menos. No digas que te he olvidado. No le cuentes al resto del mundo un problema que está entre tú y yo. No digas que me has visto borracha si no has salido de fiesta conmigo. No digas que fumo porque mis amigas lo hagan. No digas que no tengo un tatuaje porque puede que sea mi secreto. O puede que no. No preguntes por mí. No digas que me gusta el verano si no me has visto quejarme de los bichos y del calor pegajoso. No digas que no me gusta el verano si no me has visto deseando que llegue. No digas que me gusta dormir si nunca me has despertado. No digas nada de mí, o dilo todo. No digas que soy borde si no me has visto abrazar a alguien mientras llora. No digas que soy cursi. No digas que soy maleducada. No digas que soy buena por ayudar a un niño que llora, ni digas que soy mala por juzgar sin conocer. No digas que me gusta el helado porque está frío ni digas que me gusta porque adoro el chocolate. No digas que me gusta la lluvia porque me has visto bailar bajo las gotas de agua. No digas que soy impaciente. No digas que siempre llego tarde. No digas que siempre estoy sonriendo. No digas nada de mí, porque posiblemente te equivoques. Muchas personas creen conocerme, y no cuento con los dedos de una mano las que me conocen de verdad.