Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

13 abril 2012

Y entonces llegó el día en el que me di cuenta que no sabía bailar sola bajo la lluvia. Que sólo sabía hacerlo si era contigo. Así que mezclé las gotas de lluvia con whisky y algo de ron y me lo bebí de un trago. Y el alcohol llegó a mis neuronas, intentando hacerme olvidar cada vez que no te dije lo mucho que te quería. Aunque eso ya no importa. Al fin y al cabo, si hubiéramos sido tan especiales no lo habríamos echado todo a perder. Nos hundimos con la primera ola que vino en contra, no fuimos nada del otro mundo No sé si nos estoy subestimando o simplemente poniéndonos en nuestro lugar. Tú nunca me necesitaste realmente, ahí empezó nuestro problema. Claro que nos llevábamos bien, pero eso no era suficiente. Nos quedamos a un paso de ser almas gemelas, pero esa distancia ya es insalvable. Y bueno, si algún día te acuerdas de mi voz, de mi olor, de mí, yo estaré aquí recogiendo esta lluvia que no deja de caer para convertirla en una mezcla mortal para los recuerdos.

1 comentario:

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