Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

05 diciembre 2012

"Si me dices lo que ves, si te digo lo que pienso"
A veces me encantaría tener el poder de leer la mente. Solo a veces, me gustaría saber qué estás pensando, qué palabras te vienen a la cabeza cuando cada mañana me ves bajar del autobús con mi cara de sueño, o cuánto de verdad hay en esas promesas que me haces a diario.

"Es como no pedirte nada y pedirte todo a la vez"
Te quiero. Te quiero. Te quiero. Y quiero que tú me quieras igual que yo te quiero a ti. ¿Parece un trabalenguas? Es más bien una necesidad.

"Puedes encontrarme en mi pequeño invierno"

13 noviembre 2012

'El nunca más nunca se cumple y el para siempre siempre termina'
Nada dura para siempre, ni siquiera tú vas a estar siempre aquí. Todo termina, todo se rompe. Y probablemente, empieza a romperse mucho antes de que nos demos cuenta. Intentamos solucionarlo, frenar algo que en el fondo sabemos que es inevitable. Pocas veces lo conseguimos, y esas pocas que lo logramos, las cosas nunca vuelven a ser como eran antes. Cuando algo empieza a romperse, por mucho que intentemos pegarlo, sujetarlo, cuidarlo, el daño está hecho.
Al principio son pequeños detalles, esos 'estás diferente' que cada vez se repiten más, esos silencios que no importaban pero que ahora se han convertido en largos e incómodos espacios de tiempo que intentamos esconder con absurdas palabras, esos besos que te dejan sin ganas de más, esas sonrisas que cada vez son un poquito más fingidas, y sobretodo, esas enormes ganas de volver atrás, al instante en que surgió la primera grieta, ver que ocurrió, arreglarlo antes de que sea demasiado grande.

04 noviembre 2012

Y entonces llega el puto invierno.
Y todo cambia. Y no hay vuelta atrás. Y todo lo que creías interminable... acaba.
Crees que a pesar de tomar caminos diferentes, la vida os juntará y os volveréis a encontrar. Y aunque en el fondo sabes que eso es casi imposible, quieres creer que sí. Quieres pensar que esto que parece un final no es más que una pausa, que un día de estos volverás a verle con su sonrisa de siempre bajo esos ojos verdes, que te agarrará por la cintura como solía hacer y te susurrará al oído que lo vuestro no acabó, que nunca ha acabado. Pero esas cosas solo suceden en esas películas en las que envidias a la protagonista. Siempre es la típica chica a la que nada le sale bien, que de repente, con una mirada enamora al chico guapo, y a partir de ahí, se hace amiga inseparable de la felicidad.
Quieres sentirlo, quieres creerlo, necesitas pensar que todo volverá a ser como antes. Pero cada vez es más difícil y lo sabes. Y es en ese momento cuando empiezas a recordarlo todo, desde el principio, día a día, cómo fue ganándose tu corazón poquito a poco. Y piensas que quizás esto empezó antes de que te dieras cuenta, piensas que a lo mejor te enamoraste mucho antes de lo que creías.
Y ahí te das cuenta. De que nadie va a poder enamorarte de esa forma. De que las cosas solo suceden una vez. De que esas mariposillas que sentías al ver su nombre en la pantalla de tu móvil no van a aparecer con nadie más. Que por mucho que te esfuereces, no volverás a sentirte igual. Que solo hay un primer amor, y cuando se va, solo podemos intentar aparcarlo y buscar otros que lo escondan... pero nunca volverás a tener esa sensación de que puedes comerte el mundo, nunca estarás tan enamorado de nadie, nunca podrás sustituir a esa persona que te enseño qué era eso del amor.
A veces creo que te he olvidado. A veces siento que al fin he pasado página. A veces me equivoco.
Cuando quieres tanto a alguien como yo te quise a ti, es imposible que llegue el olvido. Pasará el tiempo, conocerás a otras personas que te harán incluso más feliz, pero no podrás olvidar a alguien que ha significado tanto en tu vida. Para bien o para mal, somos el resultado de todo lo que hemos vivido, y aunque intentes esconderlo debajo de la alfombra o taparlo con fotos de tu vida actual, el pasado es un libro escrito a boli que no puedes cambiar.
No intentes olvidar a alguien que una vez te hizo sonreír. Aprende a vivir con ello. Aprende a vivir sabiendo que la gente te hace feliz un tiempo, pero un buen día se marchan. Que es el ciclo de la vida. Que las cosas no duran para siempre, ni siquiera tú, pero si lo suficiente como para hacerte feliz.

01 octubre 2012

¿Por qué preguntamos qué se siente al estar enamorado? El amor es un sentimiento y por lo tanto, algo que no se puede describir, solo vivir. Algo que unos pocos afortunados consiguen sentir en pocos días y que otros pasan una vida sin ver. Depende de si fue correspondido o no, algunas personas te dirán que es lo más bonito del mundo, que nos hace mejores y que sin amor no habría felicidad. Otras en cambio responderán que es cosa de locos, que solo los tontos se enamoran y que nunca sale nada bueno del amor. Bien, pues nada de eso. El amor es algo para lo que solo tú puedes ponerle adjetivos. Lo que diga el resto... ¿qué más da?
¿Cambiaría algo si te dijera que durante el día te paseas por mi cabeza y por la noche eres el protagonista de mis sueños? ¿Cambiaría algo si te dijera que hoy me he puesto mi falda más bonita para intentar que te fijaras en mí? ¿Cambiaría algo que todas esas canciones que inundan mis estados no son más que indirectas para ti? ¿Cambiaría algo si consigo decirte que muero por uno de tus abrazos, que aunque no he estado entre ellos sé que me sentiría la persona más segura del mundo? ¿Cambiaría algo si te digo que todas las dudas que tengo desaparecen cuando te veo sonreír? ¿Cambiaría de algo si te digo que todos estos kilómetros impiden que te bese pero no que tenga ganas de sentir tu risa pegada a la mía? ¿Cambiaría algo si consiguiera susurrarte que te quiero más que a nada?

28 septiembre 2012

Yo era de esas que se dedicaban a sobrevivir más que a vivir. No sabía muy bien qué pintaba aquí pero estaba segura de que algún día encontraría esa chispa de felicidad, esa famosa luz que cambiaría mi vida para siempre. No tenía mucho tiempo para buscarla, estaba demasiado ocupada intentando enfrentarme a todos esos obstáculos que se interponían entre ella y yo. Y de repente, cuando menos lo esperaba, apareciste tú. Y no, tú no fuiste mi chispa. Tú fuiste un puto incendio. Tú arrasaste con todas las cosas en las que yo creía. Dejé de solucionar problemas y empecé a crearlos. Me olvidé de las normas que me había puesto para ser feliz. Rompí las promesas que le había hecho a la vida y que solamente me agobiaban. Empecé a ver la vida como una película en la que yo era la protagonista, en la que yo era la directora, en la solo yo decidía qué pasaba. Y decidí sobre ti. Decidí que tú habías sido la única persona capaz de sacarme de esa jaula en la que había entrado yo sola, que tu habías elegido hacerme feliz cada mañana, que tú eras aquel fuego que necesitaba para encender mi sonrisa.
¿Qué es el amor? ¿Qué es estar enamorado? Podría preguntar a todas las personas que conozco, y probablemente no me darían ni una respuesta parecida. Para unos será bueno, para otros será lo peor, y para otros no será más que una cosa de locos.
¿Cómo es mi vida? Mmm... demasiado difícil de explicar... demasiados cambios cada día... Pero voy a intentarlo.
Mi vida es como un recopilatorio de CDs de música. Cada momento de mi vida tiene una banda sonora propia guardada en uno de esos CDs. Algunas veces suenan baladas de amor tristes, de esas que te hacen sentir que estás solo en una habitación, que nadie puede oírte y nadie va a poder ayudarte a salir, de esas que te agobian hasta que no puedes más y liberas toda esa tensión con gotitas saladas que recorren tus mejillas. Otras veces suenan esas canciones de fiesta que te invitan a bailar, esas con las que no puedes evitar subirte sobre la cama y saltar, mover los brazos, alocarte el pelo y sentir que eres la persona más maravillosa del planeta. Otras veces suenan canciones de amor, las típicas canciones que acompañan a los besos en las películas, esas canciones en las que todavía no acabo de encajar. Y también están esas canciones que me hacen sentir que no estoy sola, que no soy la única a la que le pasan estas cosas, que todo el mundo tiene un mal día, que es imposible caerle bien a todo el mundo, que los para siempre no existen pero puedes disfrutar del 'mientras tanto', que si hoy vienen nubes negras de tormenta mañana brillará el sol cuando te despiertes.
Vale, sí. Mi vida cambia mucho de banda sonora y a veces me agobia pasar de una canción de discoteca a una balada triste, pero todas esas canciones componen lo que vivo cada día y en el fondo, no las cambiaría por ninguna otra.

27 julio 2012

Hablamos del pasado como de canciones tristes, de esas que hacen que nos inunde la melancolía, de esas que nos hacen llorar, de esas que a cada nota nos rompen un poquito por dentro. Pero a pesar de ello, las seguimos escuchando una y otra vez. ¿Por qué? Quizás porque el pasado es lo único que tenemos seguro, lo único que no podemos cambiar. Nos guste más o menos, el pasado es un libro que se guarda en una cajita de cristal. Podemos leerlo una y otra vez, recordarlo, y llorar sobre él, pero las paredes de cristal lo protegen, impiden que las lágrimas borren esos recuerdos. Porque el presente es lo que estamos viviendo ahora. Es algo que podemos cambiar a nuestro antojo, algo que no está guardado en ningún sitio. Y el futuro es algo que todavía no ha llegado, algo que no podemos leer porque ni siquiera lo hemos llegado a escribir. Pero el pasado está ahí, formado con todos esos recuerdos que nos hacen estar hoy aquí. Muchos serán buenos, aquel regalo de Navidad debajo del árbol, el primer día de un inolvidable verano, el primer 'hola' con esa persona que ahora es tan importante, o el primer beso. Otros muchos serán malos, como aquella cuesta en la que volcamos con la bici, aquel 'adiós' que nunca pensaste que fuera a ser el último, o el día en el que te rechazaron por primera vez. Pero la mezcla de todos esos recuerdos, los buenos, los malos y los que pasan desapercibidos cuando haces inventario, forman la persona que está leyendo esto. Tú eliges si te centras en ellos y dejas que tu vida pase sin hacer nada de tu presente y tampoco de tu futuro, o si aprendes que tienes que vivir con ellos, aceptar que pasaron y que no van a volver y que puedes empezar a construir recuerdos nuevos.
Hola mundo. Hola sociedad. Hola a todas y cada una de las personas que se dedican a criticar lo que hago sin saber por qué lo hago. No me importa si pensáis que soy guapa, fea, alta, baja, gorda, delgada, rara, normal, guarra, estrecha, lista, tonta, graciosa, pesada, tímida, extrovertida, valiente, cobarde, buena, rencorosa, envidiosa, sincera, mentirosa, callada, habladora, amable, borde, educada, diferente al resto o una más de tantas. Vengo a deciros que me dan exactamente igual los adjetivos que utilicéis para describirme. Estoy harta de etiquetas, de críticas constantes hacia todo. A todos nos las ponen, algunas nos alegran y otras nos acomplejan. ¿Pues sabes qué te digo, querida sociedad a la que hacer lo mismo que todo el mundo le parece no tener personalidad, y a la que hacer cosas diferentes le parece ser raro? Que nadie vino aquí a ser perfecto, sino a ser feliz.

24 julio 2012

Hay sensaciones que deberían durar para siempre. O por lo menos, durar más que otras. Por ejemplo, la sensación de libertad que tienes al despertar el primer día de verano. Sabes que no va a durar eternamente, pero quieres creer que sí, quieres creer que a partir de ese día vas a vivir en un interminable verano. O la sensación de confianza cuando alguien te agarra las manos, te mira a los ojos y te dice 'todo va a ir bien'. Tus problemas siguen ahí, no han desaparecido. Pero durante esos segundos, durante el tiempo en el que os estáis mirando a los ojos, sientes que realmente vas a encontrar una solución, sientes que eres demasiado fuerte cómo para dejarte arrastrar por cuatro problemas tontos. También está la sensación de felicidad cuando encuentras a una persona con la que te entiendes a la perfección, que a pesar de todos tus defectos te quiere, con la que puedes contar para lo que necesites y a la que puedes llamar en cualquier momento, de día o de noche, y que va a intentar ayudarte siempre. Pero a pesar de todo, sabes que tampoco durará para siempre. Un día, de repente, todo eso acabará y nada volverá a ser lo mismo. Puede que incluso lo pases mal y creas que no vas a volver a ser feliz. ¿Pero sabes una cosa? Pensar así no merece la pena. Cuando las cosas acaban, mejor dicho, cuando algo que te ha hecho feliz acaba, tienes que olvidarte de las cosas malas, de esos enfados por haber llegado tarde, de esas peleas por ver quién elige qué hacer, de todo aquello que hizo que se acabara. Tienes que quedarte solo con lo bueno, con aquello que te hizo feliz, con aquellos momentos que querrías volver a vivir. ¿El resto? Son detalles sin importancia.

18 junio 2012

Demuéstrales a todos que no necesitas ningún disfraz para ser valiente. Que por muchas ganas que hayas tenido de tirar la toalla, sigues aquí. Que eres fuerte. Haz que se arrepientan de no haber apostado por ti. Recuérdales al ave Fénix, que renace de sus cenizas. Que sepan que nunca estuviste en el suelo, que solamente estabas cogiendo carrerilla para volar más alto. Déjales con la boca abierta. Ha llegado la hora de enseñarles quién eres en realidad.

-Esto no va a salir bien.
-¿Acaso alguna vez sale bien?
-Es demasiado complicado, y a mí nunca me sale nada bien.
-Te confesaré algo. A mí las cosas no acostumbran a salirme bien tampoco. De cada cinco cosas que me propongo fracaso en dos, consigo otras dos y tiro la toalla antes de empezar la última. Pero esto va a ser diferente.
-¿Y por qué crees que va a ser así?
-No lo creo, estoy seguro. Mira, si tuviéramos que elegir un signo, positivo o negativo, para decir cómo suelen salirnos las cosas, seríamos el negativo, el menos, ¿verdad?
-Sí, supongo que sí.
-Exacto. Y si los dos somos negativos, y menos por menos es más, ¿a qué conclusión llegas?
-A la conclusión de que me perdí hace rato en esta conversación.
-Yo te encuentro. Menos por menos es más. Tú eres un menos y yo soy otro. El resultado es un más. El resultado de lo nuestro es algo bueno. Y no va a ser fácil, claro, y tendremos que esforzarnos cada día, pero por algo así, ¿no merece la pena?

17 junio 2012


Querida almohada:
Quería darte las gracias por todo lo que estás haciendo por mí. ¿Quién me ha visto llorar más veces que tú estos últimos meses? Y ninguna de las veces ha sido de alegría. Te he abrazado cuando he tenido miedo porque no sabía qué iba a pasar al día siguiente, cuando mi mundo se ponía patas arriba y yo no podía mantener el equilibrio, cuando la gente de mi alrededor me engañaba, cuando jugaban con mis sentimientos, cuando no encontraba nada a lo que agarrarme para dejarte por la mañana y lo único que quería era que el día pasara rápido para volver a estar contigo. Todos esos días en los que no sabía quién quería ser, en los que no sabía por qué camino tirar sin equivocarme, fuiste la única que estuvo ahí. Nunca hablas, pero tampoco me juzgas. Simplemente escuchas mis gritos, mis llantos, mis súplicas y mis insultos. Escuchas pacientemente entre mis brazos lo que pienso de cada una de las personas de mi alrededor, cosas que nunca llegarían a imaginar. Porque no están siendo buenos tiempos, porque cada día hay algo que me impide ser feliz por pequeño que sea. Pero por muy difícil que haya sido el día, por muchas ganas que haya tenido de tirar la toalla, sé que al llegar a casa estarás tú, esperando a escucharme como cada noche.
Tengo una última cosa que decirte. Sé que últimamente las lágrimas que comparto contigo no son buenas, y que me faltan argumentos para sonreír mientras recuerdo lo que ha pasado durante el día, pero recuerda estas palabras: algún día, cuando menos te lo esperes, volveré a llorar a tu lado, pero esta vez será de felicidad. Y entonces, cada vez que te cuente cómo ha ido el día, no podré disimular la ilusión que me provoca levantarme cada día y la sonrisa que ilumina de nuevo mi cara.

13 junio 2012

"Sólo podemos echar de menos las cosas que tuvimos". MENTIRA. Y de las grandes. Yo echo muchas cosas de menos y jamás han sido mías. Echo de menos esos paseos que nunca dimos por las calles más estrechas de la ciudad, esos helados que nunca compartimos y no probé de tu boca, esos besos que nos frenaban y hacían que la gente que pasaba a nuestro lado nos mirara con envidia. También echo de menos dormir abrazada a ti, que me despiertes con un beso y pasear por tu habitación con una de tus sudaderas. ¿Y qué me dices de esas risas tontas que nunca echamos mientras nos mirábamos a los ojos? Nunca vimos como cada carcajada nuestra hacía que el resto del mundo se desvaneciera. ¿Y sabes lo que más echo de menos? Esa canción que nunca escuchamos después de no hacer el amor.
Otra noche más, en vela, cansada de contar las estrellas que quizás tú también estés viendo desde tu ventana. Una noche que cierra otro día en el que no he podido sacarte de la cabeza, en el que no he podido dejar de intentar averiguar como puedo quererte tan fuerte. Resulta inútil intentar responder a esa pregunta. Te quiero y ya está. Pero a mí eso no me vale. Necesito saber por qué. Necesito saber si es por esos abrazos que llegan cuando más los necesito, si es por tu voz que me anima al otro lado del teléfono cuando quiero mandarlo todo a la mierda, o si es esa sonrisa tuya que consigue que salga la mía. Necesito saber qué es eso que haces, eso que me haces sentir, para que cada noche me quede como una tonta mirando a las estrellas mientras pienso en tus ojos verdes. Y aunque es posible que quizás no haya una razón lógica y que lo que siento no tenga ninguna explicación, volveré cada noche a mi ventana a intentar descubrirla.

08 junio 2012

-¿Por qué no intentas dormir?
-No quiero dormir.
-¿No estás cansada?
-Un poco… pero no quiero cerrar los ojos. No quiero que al abrirlos todo esto haya desaparecido… No quiero que tú no estés cuando despierte, que no haya sido más que un sueño.
-No te preocupes, no te vas a librar de mí tan fácilmente, pequeña. Descansa, que yo vigilo el mundo por los dos.
¿Quién iba a decir que yo, un día como hoy, estaría a punto de saltar al vacío? Hace unas semanas me reía de todas esas tontos enamorados, y ahora me doy cuenta de que no eran tontos, simplemente locos. Porque el amor nos vuelve locos, nos envuelve, nos atrapa con una fina manta que nos impide escapar. Y yo huí de él durante mucho tiempo, conseguí esconderme el tiempo suficiente para evitar enamoramientos infantiles, pero no para evitarte a ti. Y aquí estoy, a dos centímetros del abismo, sabiendo que no habrá vuelta atrás, que si decido dar el paso, estará perdida. Recorro esos dos centímetros, rompo el aire con mis finos labios, de los que se escapa olor a café, y me encuentro con los tuyos. He saltado y sí, estoy perdida. Perdidamente enamorada de ti.
Dicen que lo más difícil de un largo camino es el principio. Probablemente sea porque no sabes cómo va a salir, qué va a pasar, si realmente merecerá la pena o si te estarás equivocando. Yo no hace mucho que empecé este camino. Pero al mirar hacia atrás, al intentar recordar como fue mi principio, vienen a mi cabeza tantas palabras, personas, momentos y sentimientos, que me parece un camino larguísimo. Y quizás sea de verdad más largo de lo que creo. Porque en él he aprendido, crecido y madurado. He descubierto quién soy. He aprendido que no todo es bueno en el mundo, pero que las cosas buenas son tan buenas que hacen que el resto merezca la pena. He aprendido que por muchos momentos bajos que vivas, siempre habrá gente que multiplicará los buenos con sonrisas. He aprendido que si en medio del camino aparece un obstáculo es porque eres fuerte y puedes superarlo. Y ahora llega el final. Pero es un final agridulce. Porque nada de lo que venga de aquí en adelante será como todo lo anterior, pero ¿quién dice que tu pasado no puede aparecer en el futuro? Y claro que no será igual, pero es tanto lo que hemos vivido, que un poco de distancia no será suficiente para romperlo.

22 mayo 2012

Últimamente me siento mejor que de costumbre. Últimamente me despierto por las mañanas con ganas de comerme el mundo, con ganas de superar con una enorme sonrisa cada obstáculo que se cruce en mi camino. Al principio pensé que sería la cercanía del verano, el saber que dentro de un mes seré por fin libre. Rechacé esa opción al darme cuenta de que es un mes, sí, pero ahogado de exámenes. Así que seguí pensando. No encontré muchas más salidas, no había nada nuevo en mi vida que pudiera estar cambiándola. Y entonces en mi cabeza se iluminó una bombilla, de esas que brillan como las estrellas en una noche de verano, y pensé en ti. Pensé que quizás tú fueras el culpable de todo esto. Porque tú eres el que me ha querido cuando yo no tenía fuerzas para hacerlo. ¿Sabes? Siempre había creído que esto solo pasaba en las películas, pero me equivocaba. Cuando te miro, el resto del mundo desaparece; es como si tu mirada fuera capaz de transportarme a otro mundo completamente diferente, un mundo de colores brillantes, un mundo con una banda sonora incorporada. Cada vez que me llevas a ese mundo, suena una canción diferente. Y cuando vuelvo a la realidad, cuando salgo de esa nube en la que solo estamos tú y yo, en mi cabeza siguen sonando una y otra vez esas canciones. Todo el día. Como si fueran parte de un disco rayado. Un disco rayado que no quiero arreglar.

05 mayo 2012

Tú lo llamas chocolate, yo lo llamo analgésico.
Tú lo llamas twitter, yo lo llamo desahogo.
Tú lo llamas Peeta, yo lo llamo Josh.
Tú lo llamas sábado, yo lo llamo fiesta.
Tú lo llamas música, yo lo llamo vida.
Tú lo llamas juego, yo lo llamo amor.
Tú lo llamas amistad, yo lo llamo esencial.
Tú lo llamas felicidad, yo lo llamo estilo de vida.
No sé si será el estrés de los exámenes, el incesante sonido de las gotas de lluvia estrellándose contra mi ventana, o los problemas de matemáticas que me están poniendo la cabeza como un bombo. O quizás sean el millón de calcetines desparejados que me esperan en la cocina. También podría ser el horóscopo, una alineación estúpida de los planetas, o un eclipse que se acerca. Tal vez sea el litro de batido de fresa que burbujea en mi estómago. O también puede ser que me pasen factura las 25 horas que me pasé ayer pensando en ti. No sé lo que es, pero hoy es un día raro.
Mentiría si dijera que el día que te conocí fue el mejor de mi vida, pero está claro que fue especial. Era uno de esos días en los que nada me salía bien, en los que parecía estar corriendo a contracorriente del resto del mundo. Y entonces apareciste tú, con esa maravillosa sonrisa que me hizo pensar que quizás esto no estuviera tan mal, que puede que sólo me hiciera falta abrir un poco más los ojos para ver la salida del túnel. No sé qué habría hecho sin aquella sonrisa que me devolvió al camino. Puede que hubiera acabado encontrándolo yo sola, pero siendo sincera, no hubiera sido tan divertido. 

02 mayo 2012

Nunca busqué un amor de cuento, una vida de color de rosa en un gran castillo donde los pájaros ayuden a hacer las camas. Ni tú eres Romeo ni yo soy Julieta. Ni tú eres un príncipe azul ni yo soy la Cenicienta. A ti te van más unas deportivas que una corbata, a mí no me va lo de comer perdices. Ni yo fui una damisela en apuros, ni tú viniste a buscarme en un bonito caballo blanco. A ti nadie te llama caballero, y yo rompo cabezas si me llaman señorita. Porque no hace falta que me rescates de ninguna torre o que pintes graffitis en los puentes de mi ciudad. Me conformo con que me lleves a bailar una noche bajo las estrellas, con que me acompañes a ver la luna. Que tus ojos sólo se fijen en los míos, que tus sonrisas sean para mí. Que tus labios digan que estoy loca mientras se acercan a los míos. Que tus manos se pierdan en mi pelo y mi ropa huela a ti. Me basta con que me lleves a casa en moto de madrugada mientras me abrazo a tu espalda.
¿Quién quiere una historia perfecta teniendo una como la nuestra?

28 abril 2012

Cuenta los amigos desde la infancia y no desde la ignorancia.
Muchos dicen que tienen los mejores amigos del mundo, pero en mi caso es verdad. Ellas son lo más importante, son lo mejor de mi vida, son mi razón para sonreír, son únicas, son perfectas. Nunca les agradeceré todo lo que han hecho por mí, no podría hacerlo ni con un millón de vidas. Hemos crecido juntas, hemos compartido mil y un secretos, nos hemos ayudado cuando hemos tenido miedo, hemos llorado y reído. He pasado tantos momentos inolvidables con ellas que no podría elegir uno. Me conocen, saben como soy. Les vale una palabra mía para saber si miento o digo la verdad. Me han abrazado mientras lloraba, me han hecho fotos mientras reía, hemos pintado nuestros nombres en la arena de la playa y con tiza en los edificios. Y es que en este mundo donde abunda tanta mentira y tanto engaño, tantas malas palabras y tanta falsedad, yo encontré a estas chicas. Estas chicas que dan van dando voces por la calle, que corren cuando llueve o se ponen a bailar, que (aunque no sé como lo hacen) siempre tienen una sonrisa pintada en la cara, que están jodidamente locas, que siempre tienen una palabra bonita, que fotografían en su cabeza cada momento, que cantan hasta quedarse sin voz, que me quieren.
Son mis amigas, por encima de todas las cosas.

24 abril 2012

Vale, tienes razón. Si yo no hubiera sido tan cabezota, si yo hubiera puesto un poco más de mi parte, si yo no te lo hubiera puesto tan difícil, esto no habría pasado. No éramos la pareja perfecta, posiblemente no pegábamos ni con cola, pero nos quisimos en pocos días mucho más de lo que el resto de la gente se llega a querer en años. Y quizás ese fue el problema. El quererte tanto en tan poco tiempo me vino grande. El que te preocuparas por cada pensamiento que pasaba por mi cabeza. El que supieras cuántas de mis sonrisas eran fingidas. El que supieras hacerme feliz como nadie nunca me había hecho. Me asusté, ¿vale? Cada vez que he caído, cada vez que me han engañado, cada vez que me he sentido sola, he aprendido. He aprendido que nada es lo que parece, que grandes amigos se convierten en desconocidos, que hay que desconfiar de todo. Y de repente apareces tú. Y haces que me olvide hasta de mi nombre. Y vienen a mi cabeza todas las noches que he pasado llorando hasta quedarme dormida. Sentí que tú también me ibas a fallar. Que en el momento en el que más te quisiera, cuando más arriba estuviera, caería al suelo y volvería a estar sola. Y te dejé escapar. Te eché de mi vida por la puerta de atrás. Pero no conseguía olvidarte. Y no creas que no lo intenté. Hasta que ha llegado el día en el que he tenido que admitir que no voy a hacerlo, que es imposible sacar de la cabeza lo que no ha salido del corazón. Y tú estás en el mío, en un pequeño hueco del que nadie te ha conseguido sacar. Así que aquí me tienes. Delante de ti. Tragándome mi orgullo y las palabras que dije antes de decirnos adiós. Porque te quiero. Porque creo que siempre he sabido que te quería. Y porque te prometo que por muy asustada que esté, no voy a volver a irme.

13 abril 2012

Y entonces llegó el día en el que me di cuenta que no sabía bailar sola bajo la lluvia. Que sólo sabía hacerlo si era contigo. Así que mezclé las gotas de lluvia con whisky y algo de ron y me lo bebí de un trago. Y el alcohol llegó a mis neuronas, intentando hacerme olvidar cada vez que no te dije lo mucho que te quería. Aunque eso ya no importa. Al fin y al cabo, si hubiéramos sido tan especiales no lo habríamos echado todo a perder. Nos hundimos con la primera ola que vino en contra, no fuimos nada del otro mundo No sé si nos estoy subestimando o simplemente poniéndonos en nuestro lugar. Tú nunca me necesitaste realmente, ahí empezó nuestro problema. Claro que nos llevábamos bien, pero eso no era suficiente. Nos quedamos a un paso de ser almas gemelas, pero esa distancia ya es insalvable. Y bueno, si algún día te acuerdas de mi voz, de mi olor, de mí, yo estaré aquí recogiendo esta lluvia que no deja de caer para convertirla en una mezcla mortal para los recuerdos.

06 abril 2012

No digas que me conoces porque me has visto llorar. No digas que sabes como soy porque me has oído hablar. No digas que sabes la música que me gusta porque has visto mi Ipod. No digas que te gusta como visto si no has visto mi armario. No digas que te gusta mi risa si nunca me has hecho reír. No digas que soy guapa o fea si no conoces mi interior. No digas que soy lista por mis notas o tonta por no saber resolver un problema. No digas que somos amigos porque te devuelva el saludo. No digas que me caes mal porque un día no te salude. No digas que soy graciosa porque te cuente un chiste. No digas que soy borde porque te conteste mal. No digas que me preocupo por ti porque te pregunte qué tal estás. No digas que soy una pasota porque te diga que me la soplan tus problemas. No digas que siempre vas a estar a mi lado si tu plan es dejarme cuando todo vaya mal. No digas adiós si es un hasta luego. No digas que te caigo bien o mal por un comentario. No digas que me gusta el deporte si no has visto lo que me aburre un partido de baloncesto. No digas que no me gusta el deporte si no me has visto emocionarme con cada gol de Villa. No digas que me entiendes porque es complicado. No digas que me quieres si no lo sientes. No digas que te quiero porque te abrace. No digas que te echo de menos. No digas que te he olvidado. No le cuentes al resto del mundo un problema que está entre tú y yo. No digas que me has visto borracha si no has salido de fiesta conmigo. No digas que fumo porque mis amigas lo hagan. No digas que no tengo un tatuaje porque puede que sea mi secreto. O puede que no. No preguntes por mí. No digas que me gusta el verano si no me has visto quejarme de los bichos y del calor pegajoso. No digas que no me gusta el verano si no me has visto deseando que llegue. No digas que me gusta dormir si nunca me has despertado. No digas nada de mí, o dilo todo. No digas que soy borde si no me has visto abrazar a alguien mientras llora. No digas que soy cursi. No digas que soy maleducada. No digas que soy buena por ayudar a un niño que llora, ni digas que soy mala por juzgar sin conocer. No digas que me gusta el helado porque está frío ni digas que me gusta porque adoro el chocolate. No digas que me gusta la lluvia porque me has visto bailar bajo las gotas de agua. No digas que soy impaciente. No digas que siempre llego tarde. No digas que siempre estoy sonriendo. No digas nada de mí, porque posiblemente te equivoques. Muchas personas creen conocerme, y no cuento con los dedos de una mano las que me conocen de verdad.

24 marzo 2012

23 marzo 2012

No me conoces, o al menos no me conoces tanto como tú crees. No soy bipolar, nunca quise ver unicornios, tampoco me hubiera gustado llamarme Ralph. Puedes pensar que tengo personalidad. O no. Digamos al menos que tengo las narices para decir lo que pienso sin importarme lo que vayas a pensar tú. Soy de las que sale bailando empapada de la ducha, de las que nunca llevan paraguas y siempre se mojan bajo la lluvia. De las que andan descalzas por casa. De las que cuando tienen un día estresado lo pagan con el que no debe, de las que cantan aunque desafinen, de las que lloran con las películas. De las que dicen la verdad. De las que dicen lo que piensan pero no siempre piensan lo que dicen. De las que un día ven el vaso medio lleno y al día siguiente no ven ni el vaso. De las que piensan que pueden cambiar el mundo cuando lo ven en alguna película. De las que no se rinden aunque le falten las fuerzas. De las que sueñan despiertas. De las realistas. De las que tienen aspiraciones. De las sensibles. De las que les entra la risa tonta por bobadas. De las que lloran. De las que buscan magia en las palabras. De las que la encuentran. De las que se dejan transportar a otra realidad con la música. De las que se enamoran fácilmente. De las que se ilusionan. De las que no comen de todo. De las que no se arrepienten de comer chocolate. De las que no guardan rencor. De las que perdonan pero nunca olvidan. De las que son bastante celosas. De las transparentes. De las que les gustan los ojos y sonrisas sinceras. De las que se ríen. De las que buscan algo bueno en cualquier persona. De las que consideran esencial a las amigas. De las que matarían por su familia. De las que prefieren la calidad a la cantidad. De las que hacen todo lo posible por conservar lo que tienen. De las que quizás haya muchas o quizás haya pocas. De las que no te puedes sacar de la cabeza. De las que te pueden hacer muy feliz.

19 marzo 2012

Cuando cuentes hombros en los que llorar, te van a sobrar una mano y seis dedos. Todo el mundo quiere estar cuando las cosas van bien, cuando la vida te sonríe y la suerte está de tu lado. Muchos buscan aprovecharse de esa suerte y ver si se les contagia, otros solamente quieren pasar un buen rato, y un pequeño puñado de personas que no llenan ni los dedos de una mano, estarán porque quieren disfrutar contigo esa felicidad. Pero cuando las cosas van mal, cuando vas de culo, cuestabajo y sin frenos, los 'muchos' de antes se alejan por si les arrastras contigo, los 'otros' no pueden pasar buenos ratos con tus tropiezos y también se largan, y los únicos que quedan son ese 'puñado de personas'. Así que si encuentras a gente que forme parte de ese último grupo, cuídala, lucha, valórales como se merecen, no los pierdas.

11 marzo 2012

He llegado a la conclusión de que soy una especie en peligro de extinción. Más que nada porque no hay otra persona como yo. Soy rara, soy diferente, soy yo. Soy tan impredecible que nadie conseguirá averiguar qué estoy pensando o cómo voy a actuar. No puedes entenderme porque no puedo hacerlo ni yo misma. Un día me levanto con ganas de comerme el mundo y día siguiente con ganas de comerme un donut. Soy capaz de resolver los problemas de los demás pero no sé por dónde empezar con los míos. Paso de estar hundida a ser feliz en unas pocas sonrisas. Si me tratan demasiado bien, pensaré que quieren algo de mí. Si te quiero, seguiré haciéndolo por muy mal que me trates, hasta que por fin un día abra los ojos y me de cuenta de que sólo eres un capullo más que no se merece tenerme al lado. Entro a los probadores de las tiendas, me pongo mil cosas diferentes y hago muecas con mis amigas ante el espejo o me pongo seria y nadie puede hacerme sonreír. Puedo ser la persona más borde del mundo o ser más tierna que un bebé durmiendo. Si un día me peino bien ten claro que al día siguiente mi pelo estará fatal. Tengo muchas manías, una larga lista de caprichos y cada día me descubro un nuevo defecto. Si hoy te quiero, mañana puedo odiarte o quererte aún más. No me pinto los labios pero siempre llevo pintadas las uñas. Imagino finales para historia que todavía no han empezado. Suelto lo primero que me viene a la cabeza. Pato. Bu. Amarillo. Te puedo crear mucha confusión, hasta el punto de que no sepas qué contestar a mis preguntas o qué hacer cuando me enfado y no respiro, o te puedo hacer reír tanto que no puedas decir nada, solo mirarme con los ojos medio cerrados mientras sonríes. No sé si mis pocas virtudes ganan a mis enormes defectos, solo sé que quién quiere disfrutar de las primeras tiene que aguantar las segundas, y que si consigues hacerlo, me tendrás siempre a tu lado. Y mis siempres suelen durar bastante, digamos que no tienen fecha de caducidad.

10 marzo 2012

-¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?
+ Nada.
-Vale y ahora dime la verdad, ¿qué te pasa?
+ Han vuelto...
-¿Qué? ¿Quién ha vuelto?
+ Las ganas de estar con él. De sentir su aliento en mi nuca, de que me deje su chaqueta cuando tengo frío, de que me abrace, de apoyar la cabeza en su hombro, de no parar de besarle.
-Bueno, ¿y cuál es el problema?
+ El problema soy yo.
-¿Tú eres tonta? ¿Por qué dices eso?
+ Porque no soy lo que él quiere, no soy la chica de sus sueños, no soy perfecta y nunca llegaré a serlo. Soy poca cosa para él. Hay muchas chicas que le darían cosas que yo no le puedo dar.
-Hay algo que sólo le puedes dar tú.
+ ¿El qué?
- Amor.

02 marzo 2012

A ti que estás leyendo esto. A ti que quizás hayas leído algún tweet mío, o incluso alguna de mis otras entradas. A ti que hasta es posible que me hayas dicho que te gusta como escribo o que lo hago fatal, que te sientes más o menos identificado con lo que digo. Sé que a veces me repito mucho escribiendo, que algunos días mis entradas se centran en un único tema, que unas veces provoca lágrimas y otras sonrisas. Pero no lo hago a propósito. Escribo porque me gusta hacerlo, porque me siento bien cuando lo hago, porque me gusta pensar que a otra gente le ocurren cosas parecidas a las que me pasan a mí. Siempre me ha gustado mucho y algún día me gustaría participar en un concurso de literatura. Uno de mis sueños es publicar un libro. Ni siquiera necesito que lo lea mucha gente, me bastaría con tenerlo yo, con saber que lo he conseguido. Pero yo no escribo solo por mí. También escribo para que lo leas tú. Si tú. Para que sonrías con mis estupideces o te sientas mejor al saber que no eres el único que a veces se siente solo o incomprendido. Y bueno, si digo todo esto es porque tal vez deje esto un poco abandonado durante una semana, por los exámenes y eso, y antes de irme, quería daros las gracias. Puede que penséis que no habéis hecho nada por lo que deba daroslas, pero sólo por leerme, debo hacerlo. Muchísimas gracias a todos :)

01 marzo 2012

En ocasiones mi vida parece un circo. Yo soy la payasa y el resto es el público. Olvidan mis victorias y me recuerdan una y otra vez mis derrotas. Desde sus asientos me contemplan con miradas acusadoras, con ojos que intentan ver hasta mi último error, controlar cada pestañeo, determinar cuánto miedo tengo a fracasar. También escucho alguna que otra risa, anticipándose a la que creen que será mi gran caída. Doy un paso, dos, tres, otro más. Siento que no avanzo, dudo en cada respiración, comienzo a temblar. Sé que ahora mismo, soy el centro de todas las críticas, su entretenimiento. Pero no me duelen los comentarios de gente desconocida, ni siquiera lo hacen los comentarios de gente a la que conozco vagamente. Gente que quiere verme fracasar en todo lo que me proponga, caer al suelo y seguir cayendo hasta que me quede sin fuerzas para intentarlo. No se inmutan al ver el miedo en mis ojos, es más, aplauden con cada paso que doy hacia el vacío. Y sigo dando pasos, hacia una cuerda que no sé muy bien quién ha colocado ahí. Tal vez haya sido yo, meses atrás, por el simple intento de ser una más, de ser una de vosotros. Sin darme cuenta, estoy sobre la cuerda. Un mínimo movimiento me haría caer al foso de los leones, que quizás no son más que todos esos miedos que me han echado para atrás alguna vez: el miedo a la oscuridad, a la soledad, al perderme y que nadie quiera encontrarme. En ese instante, pasan por mi cabeza miles de pensamientos a la vez, cientos de recuerdos, millones de sonrisas y otras tantas lágrimas. Y decido que no, que hoy no voy a ser la que caiga para divertir al resto, que hoy soy yo la que se ríe. Y salgo así, corriendo por la cuerda, con los brazos en alto, gritando lo que me viene a la mente. Y llego al otro lado. Entonces miro hacia abajo, todas esas personas tienen la boca abierta, no saben cómo la 'perdedora' ha superado la cuerda, cómo no ha caído a los leones, cómo no se ha dejado atrapar por sus miedos, por sus inseguridades. Y salgo por la puerta grande, con una sonrisa en la boca, con un pensamiento de 'aquí estoy yo, volviendo a dar guerra'.

29 febrero 2012

Esta mañana desayunaba con prisas para no perder el autobús, he acercado el vaso de Cola cao a mi boca, y entonces el olor a coco que minutos antes me había echado por las muñecas, me ha llevado al verano pasado. Concretamente unos días antes del verano, aquel final de junio. Desde ese instante, me he sentido transportada durante toda la mañana a aquel banco que hicimos nuestro, sentía que tú me abrazabas mientras me decías al oído que me ibas a echar de menos, que me llamarías cada día, que querías que me acordara de ti en la playa. ¿Te acuerdas? Parece una tontería, pero mientras en la pizarra aparecían fórmulas de trigonometría, yo podía sentir tus dedos enredándose en mi pelo, tu respiración en mi oído, tus labios en mi cuello. Fueron unos días buenos, tal vez más que eso, pero todo tiene su final. Y aquí estoy ahora, chutándome recuerdos con olor a coco, con olor a amor.

28 febrero 2012

¿Qué haría por sacarte una sonrisa? Sería capaz de coger una pluma del pájaro más bonito y hacerte cosquillas con ella, de aprenderme todos los chistes que existen y averiguar cual es tu favorito, de buscar a la persona con la risa más contagiosa del mundo, para que no pudieras resistirte y tuvieras que reír. Bajaría todas las estrellas del cielo y me las pondría de corona para que tú, con esa sonrisa tuya, me dijeras que no necesito una corona para ser tu princesa. Contrataría al peor mago que encontrara para que cada vez que se equivocara en un truco, me hicieras perderme en tu sonrisa. Y si nada de esto funciona, probaré a coger tus manos, las pondré sobre tu cara y dibujaré con ellas una sonrisa, o las pondré en mi cintura y te daré un beso, de esos que hacen que se pare el tiempo, porque a veces, no hay nada mejor que dejarse llevar.

27 febrero 2012


- Hola Luna. Te hablo a ti porque últimamente no encuentro a nadie que me quiera escuchar. ¿Sabes? No me extraña. Tengo unos cambios de humor más propios de una persona bipolar que de una chica de mi edad. No sé quién soy ni tampoco quién quiero ser. Estudio lo que puedo, vagueo más de lo que es bueno. La música me entiende, no sé como lo hace, pero mi Ipod siempre tiene la canción oportuna. Cuando leo intento sentirme la protagonista de la historia, aunque sé perfectamente que no hay un 'Noa' esperando a enamorarse de mí. También sé que es probable que si quiero que haya un graffiti para mí, tendré que pintarlo yo misma, algo tipo: 'Yo y mi ego a 3 metros sobre el cielo'. A veces soy la persona más borde que te puedas imaginar. Quizás lo compenso con las sonrisas que saco a la gente cuando tiene ganas de llorar. Puede que me agobie demasiado aunque intente evitarlo, pero las situaciones de estos últimos meses me superan. Me gustaría que hubiera alguien que me entendiera un poco más de lo que me entiendo yo, que cambiara mis dudas por un 'juntos podemos', que borrara mis días de mal humor del calendario, que hiciera mi vida más fácil o que al menos me ayudara a superar todos estos obstáculos. No digo que no haya gente que lo haga, claro que la hay, y jamás podré agradecerles todo lo que han hecho y siguen haciendo por mí. Pero quizás necesito algo más, unos brazos cuando caiga, un hombro en el que llorar, unos labios que se peguen a los míos. Espero que sepas a qué me refiero, aunque puede que no lo sepa ni yo. Aquí me despido amiga, gracias por escucharme, volveré pronto. Patricia.

23 febrero 2012

A veces las cosas no salen como queremos. Para que engañarnos, la mayoría de las veces salen al contrario de como esperabamos. Si queremos que pase el tiempo, parecerá que el reloj se ha parado. Si necesitamos que todo vaya rápido, el mundo entero se ralentizará. Nuestra película favorita y el programa que nos tiene enganchados, será a la misma hora. Si quieres empezar una dieta, abrirán un restaurante enfrente de tu casa que desprenda olor a patatas fritas. Internet se caerá cuando tengas que mandar un trabajo importante. La cámara de fotos se quedará sin batería cuando vayas a echar la mejor foto de la noche. El chico que te quiera no te gustará, y el que te tenga loca tendrá novia. Cuánto más te arregles a menos gente te encontrarás, pero si vas como si te hubiera pasado por encima un huracán ten por seguro que te saludará más gente que cualquier otro día. El aleatorio decidirá hacer sonar las canciones más tristes cuantas más ganas tengas de llorar. Así es la vida. Déjate llevar, sonríe ante los imprevistos y recuerda que las mejores cosas son las que no están planeadas.

18 febrero 2012

Estoy harta de oír cosas como: no sabes lo que quieres, piensas demasiado en la fiesta, mira bien con quién andas, o te has equivocado. ¿Sabes lo que pienso de todo eso? Pues para empezar, claro que no sé lo que quiero. Soy una chica de casi 16 años, ¿qué esperabas? Mi vida ha dado tantas vueltas y he caído tanto, que del mareo que tengo, me conformo con alguien que me agarre de la mano y me diga que no me va a dejar caer más. ¿Has dicho fiesta? La vida debería ser como una fiesta: reír, bailar, pasarlo bien, conocer gente, no arrepentirte jamás de lo que has hecho, simplemente, seguir bailando. También sé que no toda la gente que me rodea es sincera, posiblemente la gran mayoría se irán en mis malos momentos. Pero soy feliz con esa minoría, con esa gente que cuento con los dedos de una mano, que me dan abrazos cuando siento que me hundo, que pintan sonrisas entre mis lágrimas, que siempre han estado cuando les he necesitado, que nunca me han dado la espalda. El resto no son más que personajes secundarios que decoran mi vida, para bien o para mal. Y sí, claro que me equivoco. Probablemente más de lo común. He tomado muchas decisiones que me han hecho sufrir, y todavía me quedan muchas más. He dejado que me afectara lo que la gente pensaba de mí. Me he dejado influenciar. Pero no me arrepiento. Si no hubiera pasado por todo eso, ahora mismo no estaría aquí.

17 febrero 2012

Y hoy miro atrás y veo todo lo que he perdido con el tiempo, veo a toda esa gente que un día formó parte de mi vida y que hoy no está, miles de recuerdos que se amontonan en mi mente mezclados con una sensación de nostalgia. Por un lado recuerdo aquellas amistades que se degastaron por el tiempo y la distancia, quizás me arrepiento de no haber luchado un poco más por seguir pero también sé que cada persona debe elegir su camino. Por otro lado me acuerdo de las decepciones que me he llevado con esa gente que un día me prometió estar ahí para todo y de aquel siempre del que ya no queda ni los restos. También recuerdo que a veces fui yo la que me equivoqué, que fui la que falló a aquella gente que tanto quería. Pero a pesar de las decepciones hay que reconocer que los recuerdos no se borran de un día para otro, que por mucho que queramos no podemos hacerlos desaparecer. Pero aquellas cosas que antes parecían un mundo, con el tiempo dejan de ser tan importantes.

14 febrero 2012

El amor no tiene razones. Así que deja de buscarselas a eso que sientes cada vez que le ves. Deja de pensar que lo controlas, que puedes dejar de sentir cuando quieras esa sensación, ese hormigueo que recorre tu cuerpo cuando te mira, y esas mariposas que bailan en tu estómago cuando te dedica unas palabras.

12 febrero 2012

9 de cada 10 personas no creen que puedas conseguirlo, ¿por qué no dar la razón a la que cree en ti? Sal a la calle, busca lo que necesites, no te des por vencido por mucho que caigas. Si te caes 7 veces, tienes que levantarte 8. La vida es así. Y no sé tú, pero yo voy a salir a vivirla. No voy a malgastar ni un segundo más pensando en lo que pudo ser y no fue, voy a centrarme en lo que puede ser si lucho por ello, en lo que puedo conseguir si lo intento, en resumen, en ser feliz.

11 febrero 2012

Me gustaría ir a muchos sitios. Por ejemplo, me gustaría ir a París y ver tu sonrisa a mi lado mientras me subo a lo alto de la Torre Eiffel. Y que juntos veamos desde allí toda Francia. ¿Después? Iría a Italia, donde tú me harías la típica foto donde yo, con toda mi fuerza y valentía, sujete la Torre de Pisa para que no se caiga. ¿Luego? A Londres, donde intentaría hacer reír a los guardias de seguridad con mis caras más extrañas y mis peores chistes, mientras tú contienes la risa. ¿Siguiente? Dirección Nueva York, sí, y subiremos a la Estatua de la Libertad para ver como todo Manhattan amanece. ¿Y por último? Por último volaremos a Los Ángeles. Arrasaré en todas las tiendas de Beverly Hills, mientras me gasto casi todos los ahorros que me quedan en ropa y te cargo con mil bolsas. Luego, en Hollywood, iré mirando cada una de las estrellas del Paseo de la Fama y me haré una foto con la inmensa mayoría mientras sonrío bebiéndome mi Starbucks que me dejará un bigote de nata, pero no importa, porque después tú me lo podrás quitar con un beso. También, me haré fotos junto al cartel de Hollywood, señalándolo con una gran sonrisa por verte a ti detrás del objetivo de la cámara. Y lo único que queda, es ir al aeropuerto para coger un avión que nos traiga de vuelta a casa. Y entonces seré aún más feliz. Porque tú estarás en el asiento de al lado. Y entonces me dormiré sobre tu hombro, a tiempo para oírte decir que nunca dejarás que vuele sola, que siempre me agarraras de la mano.

10 febrero 2012

Hoy tengo más ganas de ti que nunca. Tengo ganas de comerte con los ojos, y despacito, besarte todo el cuerpo. Quiero que cada lunar de tu piel toque mis labios. Que entre tu cuerpo y el mío no pueda pasar el aire. Quiero dormirme abrazada a tu aliento, y despertarme cuando me susurres que me quieres. Quiero que me mires cuando todavía tenga los ojos medio cerrados, el pelo alborotado. Quiero que me hagas cosquillas. Que me beses en el cuello. Que me atrapes con tus brazos. Y que sigamos así, abrazados, mientras en mi cara se dibuja una sonrisa enamorada.

08 febrero 2012

La vida es una montaña rusa, un día estás arriba, tienes todo aquello que te hace feliz, sientes que puedes comer algodón de azúcar en las nubes, y otro estás abajo. Hoy estás bajando a toda velocidad lo que te costó tanto tiempo subir. Sabes que pronto llegarás de nuevo al suelo, que las nubes quedarán demasiado lejos para soñar con ellas, pero no dejarás que eso se interponga entre tú y la felicidad, secarás tus lágrimas, te levantarás, y volverás a subir la montaña rusa, paso a paso, sin prisa pero sin pausa, y conseguirás volver a llegar arriba. Pero no olvides que un día volverás a caer de esas nubes de algodón.

07 febrero 2012

Es un "voy a recoger nuestros momentos y a guardarlos bajo llave". Es un “voy a borrar tu número”. Es un "me voy a olvidar por unos minutos de lo que vivimos". Es un "vas a dejar de ser lo único para mi". Es un "ahora hay más personas en mi mente". No te engañes, sigue siendo un "te quiero como a nadie", pero por algo se empieza, ¿no?

06 febrero 2012

¿Qué no te importa el dinero? ¿Qué no es más rico quién más tiene sino quien menos necesita? Deja que me ría. Es imposible que no te importe. Desde que nacemos estamos condicionados por el dinero. Para bien o para mal. Si tienes dinero, tienes la mitad de la vida resuelta. Y no me vale eso de que el dinero no da la felicidad. ¿Perdona? ¿Y el morirse de hambre sí? Vivimos en un mundo lleno de hipocresía, construido con mentiras y engaños, con corrupción. Y esto va a seguir exactamente igual, quizás hasta peor. Así que resumamos la situación actual: “así vamos de culo.”

05 febrero 2012

¿Sabes una cosa? Yo aposté por nosotros, aposté porque estaba segura de que eramos distintos, que nos queriamos, que habíamos pasado demasiadas cosas juntos. Aposté porque no podía imaginarme una vida sin tus ojos color caramelo, esos tan brillantes que siempre hicieron que perdiera el sentido, porque no quería despertarme sin un “Buenos días, princesa” en un mensaje tuyo, porque pensé que no podría vivir sin saber que pasara lo que pasase siempre tendría un lugar sobre tu hombro, entre tus brazos, en tu vida. Pero me equivoqué. Al principio la vida sin el brillo de tus ojos era triste, me costaba despertarme y lo único que quería era seguir dormida para verte en mis sueños, y aunque necesitaba estar entre tus brazos, ya había otra entre ellos. Pero, ¿sabes otra cosa? Nunca me arrepentí de apostar por ti, por mí, por nosotros. Porque aunque me ha costado , he aprendido que hay muchisimas cosas brillantes a mi alrededor y que debo ir con los ojos bien abiertos para que no se me escape ninguna, que no necesito que me digan que soy una “princesa”, porque no los soy, soy la reina de mi mundo, de ese mundo en el que ya no entran ranas, y además, hace mucho que no echo de menos tu hombro, he aprendido que la almohada es mucho más blandita.

03 febrero 2012

Despierta, es un nuevo día. ¿No lo ves? Nadie te va a ayudar a levantarte. ¿No te das cuenta? El mundo es egoísta, y como no lo seas tú también, estás perdida. Basta de pensar en tu alrededor si después sabes que no se van a preocupar por ti. Estás solo, o comes o te comen. Déjate de Caperucitas Rojas o de Cenicientas, el mundo es tan imperfecto como el ser humano, y es hora de que te des cuenta.

02 febrero 2012

Ahora mismo, mi estado mental es apagado o fuera de cobertura. Puede que si me hablas no te conteste, y cuando me toques el hombro para que te mire te salte el buzón de voz. Pero no te lo tomes como algo personal, es solamente que hoy ni estoy ni voy a estar para nadie. Estoy demasiado saturada. Claro que es fácil decir que “esto no me afecta”, que “mi vida sigue igual”. Es fácil secarse las lágrimas y hacer creer al mundo que todo va bien, pero no puedo secar las noches enteras que me he pasado llorándole a la almohada, con la música alta para que nadie supiera que en realidad, la chica que parece tan fuerte, está completamente rota por dentro y lleva días fingiendo las sonrisas.

31 enero 2012

¿Recuerdas cuándo no podíamos pasar un día sin hablarnos? Cuando perdíamos la noción del tiempo mientras hablabamos por teléfono. Cuando solo con mirarte sabía que ningún otro podría hacerme tan feliz como me hacías tú. Y no me equivocaba. No sé si debería agradecerte el tiempo que me regalaste, o pensar que nunca debí conocerte, que solo has hecho que mi vida sea una sucesión de días grises sin más emoción que el sonido del despertador cada mañana.

29 enero 2012

¿Sabes cuánto te hecho de menos? No, no lo sabes. No sabes lo que es que todos los días sean iguales, vivir en una permanente monotonía. Antes cada día era diferente, estabas a mi lado, y con eso era suficiente. Podíamos pasar días enteros tumbados en la hierba mirando al cielo, viendo como las nubes cambiaban de forma e imaginando que los corazones que se formaban eran para nosotros. No vivimos dos días iguales. Recuerdo que decías que solo debía repetirse la salida y la puesta del sol, que el resto era cosa nuestra. Era cosa de los dos. Y yo no puedo sola. No es que el sol haya dejado de salir, es que las nubes que están delante formando corazones rotos impiden que lo vea.

28 enero 2012

Cuando te ahogas, cuando sientes que te falta el aire. Cuando esa persona ha conseguido hacerte sentir absurda. Cuando te sientes perdida, cuando no encuentras ninguna señal que te diga cómo salir de ese laberinto en el que estás metida sin saber como has llegado. Cuando entiendes las canciones. Pero solo las tristes. Las que dicen que en los bares más oscuros es donde mejor se está…

27 enero 2012

Una promesa no se debe romper.

No te prometo ser una princesa. No te prometo que no vayamos a discutir. No te prometo ir siempre detrás de ti. No te prometo que solo habrá risas. No te prometo que será como un cuento. Ni siquiera te prometo que vayamos a ser la pareja perfecta. Y no lo hago porque no me gusta romper mis promesas. En cambio te prometo que te querré como nunca te han querido, que acabaremos todas las discusiones con un beso, que nunca me separaré de tu lado, que cuando lloremos será de lo felices que somos, que escribiremos nuestra propia historia, con su propia letra. Y que no seremos la pareja perfecta porque la perfección aburre, y a mi jamás me pasará eso contigo.