Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

11 febrero 2012

Me gustaría ir a muchos sitios. Por ejemplo, me gustaría ir a París y ver tu sonrisa a mi lado mientras me subo a lo alto de la Torre Eiffel. Y que juntos veamos desde allí toda Francia. ¿Después? Iría a Italia, donde tú me harías la típica foto donde yo, con toda mi fuerza y valentía, sujete la Torre de Pisa para que no se caiga. ¿Luego? A Londres, donde intentaría hacer reír a los guardias de seguridad con mis caras más extrañas y mis peores chistes, mientras tú contienes la risa. ¿Siguiente? Dirección Nueva York, sí, y subiremos a la Estatua de la Libertad para ver como todo Manhattan amanece. ¿Y por último? Por último volaremos a Los Ángeles. Arrasaré en todas las tiendas de Beverly Hills, mientras me gasto casi todos los ahorros que me quedan en ropa y te cargo con mil bolsas. Luego, en Hollywood, iré mirando cada una de las estrellas del Paseo de la Fama y me haré una foto con la inmensa mayoría mientras sonrío bebiéndome mi Starbucks que me dejará un bigote de nata, pero no importa, porque después tú me lo podrás quitar con un beso. También, me haré fotos junto al cartel de Hollywood, señalándolo con una gran sonrisa por verte a ti detrás del objetivo de la cámara. Y lo único que queda, es ir al aeropuerto para coger un avión que nos traiga de vuelta a casa. Y entonces seré aún más feliz. Porque tú estarás en el asiento de al lado. Y entonces me dormiré sobre tu hombro, a tiempo para oírte decir que nunca dejarás que vuele sola, que siempre me agarraras de la mano.

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