Esa soy yo

No existe en el mundo otra persona como yo, ¿sabes? Tampoco existe otra sonrisa como la tuya, que me haga sentir que soy fuerte, que puedo con todo. Pero bueno, ese es otro tema. Vagueo 25 horas al día y pienso en ti más de lo que es bueno. Me gusta el 43 y el Vodka, pero si bebo es para verte dos veces. ¿Loca yo? Por favor, me ofendes. Simplemente tengo los huevos de ser como soy y no como quieren que sea. ¿Quieres hablar de mí? Hazlo, pero ya que presumes de valentía, mejor que sea a la cara. Estoy harta de personas que van de mucho y no llegan a nada, estoy harta de personas que prometen ser tan importantes como el universo y al final no llegan ni a un soplo de aire fresco. Me gusta ser así. Vivir la vida al máximo. Reírme de los momentos malos que pasé. Llorar hasta hartarme cuando mi vida está patas arriba. Y después sacar fuerzas de donde sea para levantarme del suelo y volver a dar guerra. Enrollarme con los mejores chicos de la ciudad. Tener un carné falso para entrar en cualquier lugar. Fumar y evadirme en el humo. Emborracharme hasta no acordarme de como me llamo. Tener los tacones más altos del país y acabar volviendo a casa descalza. Ser la princesa de tus sueños y la reina de mi vida. Quiero todo lo que sea imposible de tener. En resumen, quiero tener el mundo a mis pies. Pienso que en la vida si no te arriesgas no vives, y por eso un día decidí tirar los miedos por el balcón y empezar a ser la loca que sonríe 25 horas al día, la que improvisa porque odia los planes, la que canta en medio de un montón de gente aunque desafine, a la que no le importa bailar en medio de la calle. Esa soy yo, y si no te gusta, ahí tienes la puerta.

18 febrero 2012

Estoy harta de oír cosas como: no sabes lo que quieres, piensas demasiado en la fiesta, mira bien con quién andas, o te has equivocado. ¿Sabes lo que pienso de todo eso? Pues para empezar, claro que no sé lo que quiero. Soy una chica de casi 16 años, ¿qué esperabas? Mi vida ha dado tantas vueltas y he caído tanto, que del mareo que tengo, me conformo con alguien que me agarre de la mano y me diga que no me va a dejar caer más. ¿Has dicho fiesta? La vida debería ser como una fiesta: reír, bailar, pasarlo bien, conocer gente, no arrepentirte jamás de lo que has hecho, simplemente, seguir bailando. También sé que no toda la gente que me rodea es sincera, posiblemente la gran mayoría se irán en mis malos momentos. Pero soy feliz con esa minoría, con esa gente que cuento con los dedos de una mano, que me dan abrazos cuando siento que me hundo, que pintan sonrisas entre mis lágrimas, que siempre han estado cuando les he necesitado, que nunca me han dado la espalda. El resto no son más que personajes secundarios que decoran mi vida, para bien o para mal. Y sí, claro que me equivoco. Probablemente más de lo común. He tomado muchas decisiones que me han hecho sufrir, y todavía me quedan muchas más. He dejado que me afectara lo que la gente pensaba de mí. Me he dejado influenciar. Pero no me arrepiento. Si no hubiera pasado por todo eso, ahora mismo no estaría aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario