Ahora estás ahí, frente a mí con un arma cargada de excusas, y mientras yo con mi frágil escudo inocente, intentando creer todo lo que sale de tu boca. Dices que no nos olvidaremos, que hemos sido algo grande y que lo intentaremos más adelante, cuando estemos preparados para algo así... pero ambos sabemos que es lo que tienes que decir, es lo que toca en estos casos. Yo interpreto bien mi papel y crees que no estoy triste, pero tus palabras van quemando este papel de una esquina a la otra.
Intentas convencerme, darme argumentos para que piense que mi vida será mejor sin ti, que habíamos desgastado lo que sentíamos, que nos estábamos destruyendo el uno al otro. Pero yo sé bien que no es así. La vida seguirá, pero ¿cómo? Si no soy tu chica ¿quién soy? ¿Quién va a abrazarme cuando despierte gritando en medio de la noche? Aunque es probable que ya no tenga más pesadillas, porque creo que lo que está sucediendo ahora mismo es lo que más temía: nos hemos perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario